10 de enero de 2023
Lo que ve, lo que oye, lo que escucha un cantinero detrás de una barra de cantina, de cualquier bar, debería tener categoría de Secreto de Confesión. De secreto profesional. El cantinero escucha más confesiones que un sacerdote, más historias que un terapeuta y más rumores que un vendedor de tortillas en el mercado de la colonia.
—Qué gusto saludarte —me dijo sonriendo en cuanto me vio del otro lado de la barra preparando las bebidas de un par de comandas que me entregó una de las meseras del bar. —Desde hace algunas semanas he venido con regularidad para hablar contigo, pero no había tenido suerte.
—Aquí estoy Magdalena —le sonreí. No creí necesario justificar ante ella estos meses de ausencia. Recordé que hace algún tiempo la orienté en su divorcio y en el convenio que regula las consecuencias de la disolución del vínculo matrimonial, logrando un acuerdo satisfactorio para ella y para su, ahora, ex cónyuge.
—A mí también me da gusto verte. ¿Qué puedo hacer por ti? —Le pregunté.
—Para empezar —me contestó —me encantaría que me sirvieras una de esas margaritas que sólo tú sabes preparar, mientras me platicas cómo has estado.
—Bien, bastante bien —respondí, y en tanto le preparaba la bebida solicitada, le platiqué que había tenido algunos problemas familiares que, afortunadamente, se resolvieron, concluí poniendo su bebida frente a ella.
—Pues bien, ¿Recuerdas el convenio que mi ex marido y yo acordamos ante el juez que nos divorció? —me preguntó.
Respondí afirmativamente con un movimiento de cabeza.
—Pues resulta —prosiguió —que tiene poco más cuatro meses que no han depositado en mi cuenta ni la pensión de sus dos hijos ni la mía. Dos o tres días después de la fecha en la que debieron transferir el monto correspondiente, acudí a la Secretaría de Economía y en el área de personal me informaron que mi ex había renunciado. Yo les pregunté si no le habían pagado una compensación o un finiquito, porque la cantidad que recibí en la última transferencia era igual a las que había recibido antes. Me dijeron que no podían esa darme información, que eso debía solicitarlo el juez.
—Me enteré —agregó —que está buscando una candidatura para contender como presidente municipal del lugar donde nació, en el Estado de México.
—Por eso te había estado buscando —concluyó —para que me orientes sobre lo qué puedo hacer para seguir recibiendo lo que acordamos para mí y para mis hijos.
—¿Lo has buscado? ¿Has hablado con él? —le pregunte mientras preparaba las bebidas y los bocadillos de las comandas que me habían llegado.
—No, desde que nos divorciamos no nos hemos visto; sólo he sabido de él por comentarios de amigos comunes; por ellos sé que ya no vive en el mismo lugar de antes y no sé en dónde se le puede localizar. Aunque, seguramente alguno de nuestros amigos sabrá dónde localizarlo.
Bien —le dije mientras ponía frente a ella su segundo trago y limpiaba la barra de la humedad que presentaba. —Se deberá preparar una estrategia para que atiendas esta situación.
—Lo primero que hay que hacer —continué —es informar al juez que sentenció los alimentos, que su depósito ha sido suspendido y que requiera a la dependencia que hacía las retenciones, que informe las causas y condiciones por las que los pagos se suspendieron y si, con su retiro, recibió alguna cantidad adicional. Esto servirá para saber si se le dio algún pago, finiquito, compensación o seguro de separación, del cual debió corresponder a tus hijos y a ti, el porcentaje establecido por el juez.
Al mismo tiempo será necesario ubicarlo, saber dónde localizarlo. En esto podrían apoyarte los amigos comunes y, de no informarte, solicitar al juzgado que gire oficios a las dependencias y organismos que pudieran tener su nuevo domicilio.
—Seguidamente, habrá que solicitarle al juez de vista al o a la agente del Ministerio Público adscrito al juzgado, para que se inicie la carpeta correspondiente a la probable comisión de los delitos a que se refieren los títulos Séptimo “Delitos que atentan contra el cumplimiento de la obligación alimentaria” y Octavo “Delitos contra el derecho de los integrantes de la familia a vivir una vida libre de violencia” del Código Penal para el Distrito Federal, aplicable a la Ciudad de México, y que se ordene, de inmediato al Registro Civil, la inscripción de tu ex pareja en el Registro de Deudores Alimentarios Morosos.
—Esto último considerando —señalé —que los ultimo criterios de los tribunales federales tienden a reconocer como requisito para acceder a algún cargo público, ya de designación directa o de elección popular, no ser deudor alimentario moroso.
—También será necesario solicitar al juzgado que, por la vía de apremio, se dé el cumplimiento forzoso de lo acordado ante el juez que, dicho sea de paso, adquiere la fuerza de sentencia ejecutoriada, para lo que debemos identificar si tiene bienes inmuebles o cuenta bancarias.
—Gracias —me dijo mientras se inclinaba sobre la barra y me daba un beso en la mejilla —sabía que podía contar contigo.
Tomó su bebida y se dirigió a una de las mesas del rincón, en donde la esperaban un par de amigas.
No hay duda de que ese beso me ha alegrado el día, me dije a mí mismo, pero… no hablamos respecto a mis honorarios. Ya habrá tiempo para eso, sonreí mientras secaba, del otro lado de la barra, los vasos que acababa de lavar.